Viviendo en Estambul: Adaptarse, confiar y encontrar apoyo

Viviendo en Estambul, adaptarse, confiar y encontrar apoyo han la sido clave esencial. Hace un mes que nos mudamos a Estambul, Turquía. ¡qué locura, ¿verdad?! Si has estado siguiéndome en Instagram o Facebook, ya sabes que mi familia y yo nos mudamos aquí por el trabajo de mi esposo. Así que aquí estamos, una familia consular, ¡y estaremos por los próximos tres años!

Nos enteramos de esta noticia hace un año, en mayo de 2023, y desde entonces hemos estado preparándonos mental y emocionalmente para el cambio. Cuando se lo contamos a los nenes, Lukas y Santiago, estaban súper emocionados. Ver su entusiasmo nos dio mucha tranquilidad a Jose y a mí, porque si ellos estaban bien, sabíamos que nosotros también podríamos estar en paz.

La mudanza y la llegada

Hemos hecho todo lo posible para que la transición fuera lo más suave posible. Les mostramos su nueva escuela a los nenes, el apartamento donde íbamos a vivir, ¡y hasta les dejamos ayudar a escoger cositas para su cuarto! Queríamos que se sintieran parte de todo esto desde el principio. Pero claro, todo esto lo fuimos organizando poco a poco porque al principio no queríamos decirle a nadie, excepto a nuestra familia más cercana hasta que fuera algo seguro. Fue un proceso, ¡pero aquí estamos!

¿Cómo me he sentido?

Honestamente, la experiencia ha sido hermosa y enriquecedora, pero también ha estado llena de incertidumbres y desafíos que me han hecho reflexionar. Siendo como soy, ¡tú me conoces!, un control freak total que siempre quiere tener todo bajo control, no saber qué va a pasar en el futuro me descoñeta la existencia (lol). Sin embargo, aunque me resulta difícil, estoy aprendiendo a fluir y a aceptar que no siempre puedo tener control de todo. Estoy confiando en que Dios tiene algo especial y maravilloso reservado para nosotros. Aunque a veces no logre verlo con la claridad que desearía. La vida es un camino lleno de sorpresas, y estoy empezando a abrazar esa incertidumbre como parte del proceso.

Apoyo increíble

Una de las cosas que ha hecho este proceso más fácil ha sido nuestra sponsor family, Hillary y Johnny. ¡De verdad, ellos han sido una bendición! Desde que llegamos, nos recibieron con tanta calidez… Nos esperaron en casa con pizza, cupcakes, ¡y hasta nos hicieron algunas compras para los primeros días! Nunca me voy a olvidar de esa primera noche y lo agradecida que me sentí.

Y no solo eso, también nos llevaron al supermercado, nos invitaron a compartir con otras familias, y poco a poco fuimos conociendo a otras personas. Entre esas personas, he conectado con varias mamás y ha sido un alivio tener con quién compartir, salir a caminar o tomar un café. Conocer a otras personas en una situación similar hace todo mucho más llevadero.

La rutina y la soledad

Ahora, te voy a ser sincera… Hay días en los que me siento sola. Los nenes se van a la escuela, Jose al trabajo, y me quedo con mucho tiempo para mí. Y aunque eso suena ideal para muchas, a veces no es fácil. Pero he estado encontrando maneras de mantenerme ocupada, haciendo ejercicio, leyendo, escribiendo en mi diario… Básicamente, estoy aprendiendo a aprovechar este tiempo de soledad para cuidarme.

¡Ah! Y te cuento un pequeño secreto: me he puesto a ver películas de Navidad para levantarme el ánimo. Porque claro, aquí no tengo esa vista espectacular al Bósforo todos los días como en las novelas… Pero igual me siento agradecida de poder vivir esta experiencia. Aunque no es como las novelas turcas, definitivamente tiene su encanto.

Para más información

Si deseas más información sobre Turquía puedes visitar la página oficial de turismo de Turquía. También puedes visitar la página de la Embajada y el Consulado de Estados Unidos en Turquía. Además puedes utilizar esta página donde puedes encontrar información sobre viajes y de cómo adaptarse a otras culturas.

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