Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, que es donde irás a parar, no se hace nada ni se piensa nada, ni hay conocimientos ni sabiduría. Eclesiastés 9:10
En un momento de profunda reflexión, me encontré leyendo un texto bíblico que me hizo cuestionar el rumbo de mi vida. Me pregunté con sinceridad: ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
Aunque siento una gran pasión por la decoración y la construcción, y me encanta inspirar a otros a crear espacios hermosos y funcionales, seguía sintiendo un vacío interior. ¿Es esto todo? No puedo conformarme con eso.
Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos enfrentado a estas preguntas existenciales. ¿Cuál es mi propósito en este mundo? ¿Qué se espera realmente de mí? A menudo, las respuestas no llegan de inmediato.
En mi búsqueda constante por encontrar mi propósito, siempre me he identificado ayudando a los demás. Nada me llena más de satisfacción que ver la sonrisa en el rostro de alguien a quien he ayudado a lograr algo que anhelaba. Por eso, cuando me preguntan qué estoy haciendo con mi vida, siempre respondo que estoy ayudando a otros a vivir sus vidas de la mejor manera posible.
A lo largo de los años, he aprendido que todos tenemos un propósito en la vida. No importa cuál sea tu ocupación, siempre hay una forma de utilizar tus habilidades y talentos para marcar la diferencia en el mundo.
Aquí te dejo algunas ideas para encontrar tu propósito en la vida:
Piensa en lo que te apasiona. ¿Qué te hace sentir viva? ¿Qué te llena de energía y entusiasmo?
Reflexiona sobre tus habilidades y talentos. ¿Qué se te gusta hacer? ¿En qué áreas destacas?
Considera las causas que te importan. ¿Qué problemas en el mundo te conmueven? ¿Qué te gustaría cambiar?
No tengas miedo de soñar en grande ni de cuestionar el status quo. A menudo, las pasiones más profundas emergen de nuestras experiencias personales y de los obstáculos que hemos superado. ¿Hay alguna lección de vida que hayas aprendido y que desees compartir con otros?
Asimismo, piensa en las actividades que te hacen perder la noción del tiempo, esos momentos en los que estás tan absorbida en lo que haces que todo lo demás desaparece. Estos pueden ser indicios claros de tus verdaderas pasiones.
Añadiendo más Valor a Nuestras Pasiones
Para profundizar aún más en la comprensión de nuestras pasiones y capacidades, podrías:
- Participar en nuevas experiencias. A veces, explorar nuevos hobbies o intereses puede revelar talentos y pasiones que no sabías que tenías.
- Voluntariado. Colaborar en diferentes organizaciones puede ayudarte a conectar con causas que te mueven, además de desarrollar habilidades nuevas.
- Hablar con gente inspiradora. Conversar con personas que admiras o que están realizando sus sueños puede motivarte y darte ideas sobre cómo puedes hacer lo mismo.
Una vez que tengas una idea clara de tus pasiones, habilidades y valores, estarás en una mejor posición para tomar decisiones alineadas con lo que realmente te importa. Será más fácil trazar un plan para alcanzar tus objetivos y sentir que cada paso que das está imbuido de propósito y significado.
No existe una respuesta única a la pregunta sobre nuestro propósito en la vida. Pero si estás buscando uno, te animo a que pienses en cómo puedes contribuir al bienestar de los demás.
Cuando ayudas a los demás, estás haciendo del mundo un lugar mejor. Y eso, en sí mismo, es un propósito digno y gratificante.
Recuerda que el camino para encontrar y vivir tus pasiones puede estar lleno de experimentación y aprendizaje continuo. La clave está en comenzar, mantener la curiosidad y estar abierta al cambio. Con cada experiencia nueva, vas puliendo y definiendo aún más tus pasiones y cómo quieres que ellas influyan en tu vida y en el mundo que te rodea.
¡Anímate a tomar el primer paso hoy mismo!
