Motivación

¿Cómo sanar a los 40 en un nuevo país y cultivar la resiliencia?

Una mirada honesta a mi transformación personal: Cómo la vida en Turquía se convirtió en mi catalizador para ir sanando a los 40, física, emocional y espiritualmente.

¡Hola, querida!

Sanar a los 4o. ¿será posible? Si me sigues hace un tiempo, sabes que en mi vida hay un antes y un después de mudarme a Turquía. En mis 40 años, la vida me trajo a un nuevo país, una nueva cultura y, sin darme cuenta, una profunda invitación a “sanar”. Quizás te preguntas: ¿sanar de qué? ¿A los 40? ¿Y qué tiene que ver eso con mudarse al otro lado del mundo? Pues hoy, con el corazón abierto, te quiero contar mi historia.

Esta mudanza no fue una decisión personal al 100%, sino que la vida nos sorprendió con una oportunidad de reubicación familiar por motivos laborales. Y aunque no entraré en detalles específicos, puedo decirte que esta experiencia ha sido, definitivamente, un regalo inesperado.

🤯 La Montaña Rusa de Emociones: El Gran Giro a los 40

Recuerdo cuando tomamos la decisión, sentí una mezcla de todo: emoción, felicidad, pero también mucho miedo y una gran incertidumbre. La verdad es que, justo cuando nos enteramos que nos mudaríamos, había empezado a trabajar como maestra. Después de tres años de estar en casa con mi hijo menor, Santi, quien acababa de entrar al kindergarten (y por ello mi pausa laboral durante la pandemia), comenzar a trabajar me había llenado de una satisfacción inmensa. ¡Me sentía tan realizada! Amaba el trabajo que hacía y sentía que estaba haciendo algo importante.

Entonces, saber que tenía que dejarlo todo de nuevo, aunque fuera por tres años (la duración original de nuestro PCS), fue una bofetada de realidad. Experimenté todas las emociones posibles: alegría por la aventura, pero también la tristeza de dejar atrás lo que estaba construyendo en mi trabajo, con mis amigos, mi iglesia, etc.

🌍 Mi Mayor Desafío en Turquía: El Idioma y la Adaptación Cultural

Moverme a un país con una cultura tan diferente a la nuestra ha sido, sin duda, uno de los mayores retos para todos. Y te confieso que el idioma ha sido lo más difícil. Por ejemplo, empecé a tomar clases en noviembre, y aunque he aprendido un poco ya puedo pedir comida en un restaurante, agua en una tienda, saludar y conjugar un par de verbos, ¡seguimos en ello! Es un proceso constante.

Mis hijos, afortunadamente, están en una escuela internacional donde todo es en inglés, pero también toman clases de turco y han aprendido lo básico para comunicarse, especialmente cuando ¡quieren helado! (¡Un clásico de los niños!). En cuanto a la casa, la agencia se encargó de eso, así que al menos esa preocupación la tuvimos resuelta.

🚶‍♀️ Sentirse Sola en el Proceso: La Nostalgia y el Recordatorio de la Misión

Al principio, debo admitirlo, me sentí sola. De vez en cuando, me invade una profunda tristeza al extrañar a mis amigos y a mi familia. Sin embargo, cada día me repito que esto es temporal, que son solo tres años y que volveremos a casa. Es un mantra que me ayuda a seguir adelante, a pesar de la melancolía. Aún seguimos tratando de sanar a los 40.

🌱 Sanando a los 40: Cuando Turquía se Convirtió en mi Catalizador

Con esta mudanza, la vida me dio una oportunidad invaluable para sanar. ¿Qué significa eso para mí? Significa abordar heridas que no había procesado, como la pérdida de mi mamá, que me afectó profundamente y no le di el espacio para ser vivida en su momento. Por lo tanto, estoy trabajando en muchas cosas: sanando emocionalmente, físicamente y espiritualmente.

He aprendido que soy mucho más de lo que creía. En otras palabras, soy más capaz, más fuerte de lo que pensaba. Esto ha sido un verdadero proceso de redescubrimiento. De hecho, un ejemplo de esta nueva fortaleza es que pude correr mi primera carrera de 10K aquí. Estoy aprendiendo a cuidarme en todos los niveles: emocional, espiritual y físico.

Mi diagnóstico de celiaquía, que llegó justo una semana antes de mudarnos, fue otro gran catalizador. Ahora, gran parte de mi proceso de sanación se centra en aprender a llevar una dieta sin gluten de forma saludable y consciente. ¡Es un camino constante de aprendizaje!

💪 La Resiliencia: Levantarse Una y Otra Vez

Para mí, sanar a los 40 o la resiliencia no es no rendirse nunca. ¡Claro que hay días en los que sientes que no puedes más! La resiliencia es saber que puedes hacer una pausa, reagruparte, reestructurar y volver a empezar. Es la cantidad de veces que puedes levantarte después de una caída, no importa cuántas sean.

Lo sigo practicando cada día. A veces, siento que me quiero rendir y volver, pero entonces recuerdo que Dios me trajo aquí con un propósito y sé que ese plan se va a cumplir. En los momentos más difíciles, me he aferrado a Dios y a sus promesas.

🛠️ Mis Herramientas para la Resiliencia y el Bienestar

Para mantenerme fuerte y centrada, he encontrado algunas herramientas y hábitos que han sido mis salvavidas:

  • Correr y el gimnasio: Me han ayudado a liberar tensiones y a sentirme fuerte físicamente.
  • Journaling (escribir un diario): Para procesar mis pensamientos y emociones.
  • Mindfulness: Para estar presente y manejar el estrés diario.
  • Aferrarme a la fe: Mi relación con Dios se ha fortalecido. Estoy intentando cumplir Su propósito en mi vida, compartiendo lo que Él ha hecho en mí y empoderando a otras mujeres para que sepan que son más que suficientes y profundamente amadas.

🏡 La Nostalgia y el Equilibrio: Aprendiendo a Disfrutar el Ahora

La nostalgia es algo con lo que se aprende a vivir; siempre vas a recordar a tu gente. Sin embargo, trato de verla no con tristeza, sino con la esperanza de que pronto estaremos juntos de nuevo. Además, ¡los viajes y las comodidades también ayudan, jaja!

Ahora, sobre mí, te confieso que a veces digo: “Ay, sí, ¡quiero ser mamá a tiempo completo y no trabajar!” Pero cuando estoy como “stay at home mom” a tiempo completo, ¡me aburro y quiero trabajar! Es un balance que aún estoy aprendiendo a disfrutar, dedicando tiempo para mí.

✨ Lecciones Clave de Mi Viaje de Sanación y Adaptación

Lo más importante que he aprendido es que, como humanos, a menudo nos resistimos a los cambios, pero nuestra capacidad de ajuste es asombrosa. Sigo en un proceso de redescubrimiento, de crecimiento continuo y sanando a los 40. Mi relación con mi esposo también se ha fortalecido, ya que ahora dependemos el uno del otro de una manera más profunda, basada siempre en el amor y el respeto.

Este viaje no es solo una mudanza; es una transformación, es sanar a los 40. Y si yo puedo, ¡tú también puedes! Recuerda que eres más fuerte de lo que crees.

💖 ¡Inicia tu Propia Transformación!

¿Te sientes identificada con alguna parte de mi historia? ¿Estás pasando por un proceso de cambio o sanación en tu vida? Me encantaría saber tu opinión en los comentarios.

Y si buscas más inspiración o estás tratando de sanar a los 40 y buscas herramientas para tu propio camino de bienestar, empoderamiento y aventuras en familia, ¡tengo mucho más que compartir contigo!

Visita mis posts de motivación o escucha el último episodio del podcast, así podemos continuar sanando a los 40.

2 thoughts on “¿Cómo sanar a los 40 en un nuevo país y cultivar la resiliencia?

  1. Zulibel says:

    ¡Hermoso! Me alegra tanto haberte encontrado. Me identifico con muchas cosas contigo y no me parece casualidad. Solo algunas pequeñas diferencias como q ya casi salgo de los 40’s pero igual el crecimiento continúa. Una de las cosas que me ayuda a seguir hacia adelante ademas de la fe y el mindfulness es aceptar que la vida es una continua lección, nunca va acabar. Lo importante es estar abierto a aprender la lección cuando llegue por q sino la vamos a repetir hasta que la aprendamos. Amo Turquía, sueño con visitarla algún día muy cercado pero me encantaría vivirla por meses. Quisiera visitar esos lugares mágicos, bíblicos y otros lugares. Al igual que tú mi fe me sostiene en cada etapa de mi vida y aún en medio de la enfermedad y la pérdida. También estoy sanando la pérdida repentina de mi esposo hace un año. En fin, todo esto es como testimonio para conocer que no estamos solas, que Dios tiene cuidado de cada detalle y que solo tenemos que seguir caminando en fè. Como siempre les digo a los míos- y me decían a mí- cógelo suave pero cógelo. Un abrazo

    1. Arlene says:

      ¡Querida Zu!

      No sabes lo mucho que significa para mí leer tu comentario. ¡Hermoso es encontrarte a ti! De verdad que leer tus palabras me llena el corazón y confirma que no es casualidad que nos hayamos encontrado en este espacio. Es precisamente por esto que creé este blog: para recordarnos que no estamos solas en nuestros caminos de crecimiento y sanación.

      Me identifico profundamente con tu sabiduría sobre la vida como una “continua lección” y la importancia de estar abiertos a aprender. ¡Qué gran verdad! La vida, con sus giros y desafíos, nos moldea y nos enseña las herramientas más valiosas, ¿verdad? Y sí, el crecimiento no se detiene, sin importar en qué década estemos.

      Tu fe, al igual que la mía, es un pilar fundamental que nos sostiene en cada etapa, especialmente en medio de la enfermedad y la pérdida. Siento mucho la pérdida repentina de tu esposo hace un año. Esa es una herida profunda, y admiro enormemente tu fortaleza y tu capacidad de seguir caminando en fe, incluso en el dolor más grande. Tu testimonio es un faro para muchas.

      ¡Y qué alegría que ames Turquía y sueñes con vivirla! Es un país mágico, lleno de historia y de contrastes. Ojalá pronto puedas cumplir ese sueño y vivir la experiencia por meses, explorando esos lugares bíblicos y maravillosos que tanto te atraen.

      Gracias por recordarnos que Dios tiene cuidado de cada detalle, y que solo tenemos que seguir caminando con fe. Me llevo tu frase y la de los tuyos, que es tan poderosa: “cógelo suave pero cógelo”. ¡Qué gran lección de resiliencia!

      Un abrazo muy fuerte y todo mi cariño. Sigamos caminando, ¡juntas!

      Con amor,

      Arlene

Comments are closed.